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Un aumento del 10% en los créditos a las mujeres permite un aumento medio del 8% de los niños en la escuela y una disminución del 5% de la pobreza extrema

 
 
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Los servicios de microfinanzas proporcionan herramientas valiosas para construir una sociedad más igualitaria, donde la mujer tiene los medios para volverse autónoma.

 
 
 

Ellas son las microfinanzas

Las mujeres se ven particularmente afectados por la exclusión financiera. De acuerdo con cifras del Banco Mundial en 2014, más del 40% de la población mundial femenina no tiene acceso a los servicios bancarios formales. En comparación con un hombre, una mujer tiene una probabilidad del 20% en menos de una cuenta bancaria.

 

A pesar de la inclusión financiera ha aumentado considerablemente en los últimos años, lo que refleja una mejora del 13% entre 2011 y 2014, la brecha de género se ha mantenido sin cambios y se mantiene en el 9%.

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(Fuente: Global Findex Database 2014)

 

Sin embargo, los estudios han demostrado que las mujeres son más propensas a dedicar los ingresos financieros para la salud, la nutrición y la educación de los niños. Muchas mujeres recurren a los servicios de microfinanzas para escapar de la pobreza. Hoy en día, los microempresarios son en su mayoría mujeres. Representan el 73% de los clientes de microfinanzas según cifras de 2013.

La Oficina Internacional de Trabajo dice que la mayoría de las mujeres entre los clientes de microfinanzas por dos factores:

- Las mujeres se ven más afectadas por la pobreza: el 70% de las mujeres son más pobres del mundo

- Las mujeres son más fiables con respecto a la devolución de su crédito: la tasa de recuperación del cliente IMF es del 98%

Descubre las historias de los empresarios a la vida, los verdaderos héroes de los tiempos modernos, gracias a nuestro trabajo en las microfinanzas, podría iniciar su actividad generadora de ingresos y superar la pobreza.

 


Four profiles of very different African women who want to change the image of a "female entrepreneur" in their society!

Discover the video-testimonials of four women who, through their work, intelligence and courage, have succeeded in undertaking in cultures where the archetype of the "male" still has a preponderant place. These women come from four different African countries and different professional backgrounds; discover the points of view of these heroines!


"If you undertake and you succeed, you are an example for your children."

Félicité Kambou, Director, Agricultural Service Cooperative Coobsa (COPSA-C), Burkina Faso

How can a woman create a rural cooperative?

 

 
 

"Microfinance can bring both financial and non-financial help."

Josée Mukandinda, Operations Manager, Umutanguha Finance Company, Rwanda 

What can a microfinance institution bring to women entrepreneurs?

 
 

"I had a lot of difficulty convincing funders and those around me. No one wants to trust us."

Myriam Kadio-Morokro, General Manager, PROCRÉA clinic, Côte d'Ivoire

What difficulties encounter a woman who wants to set up a clinic?

 
 

"I had a lot of difficulty convincing funders and those around me. No one wants to trust us."

Myriam Kadio-Morokro, General Manager, PROCRÉA clinic, Côte d'Ivoire

What difficulties encounter a woman who wants to set up a clinic?


We had the pleasure of welcoming these four courageous ladies to Luxembourg during the 40th Midi de la Microfinance, entitled "Enabling womEntrepreneurs in Africa". They came to testify about their successes, as well as the difficulties encountered, in front of the Luxembourgish public.

 


Isabel, una mujer incluida

Finca café Isabel

Isabel Altamirano es una mujer de las montañas del norte de Nicaragua, nacida entre las frescas brisas que soplan sobre las plantaciones de café, rodeadas de pequeñas explotaciones de judías, verduras, sorgo y caña de azúcar, destinadas a alimentar pequeños rebaños de ganado.

Isabel y su marido eran pequeños productores de café en una tierra de dos hectáreas. Sus escasos ingresos apenas les permitían subsistir. A menudo se preguntaban qué podrían hacer para salir de la pobreza y acabar con las penurias para alimentarse y sobrevivir. Una de las formas más extendidas de aumentar los ingresos es emigrar a Costa Rica en busca de trabajo. Esta era opción favorita del marido de Isabel.

La primera vez que Isabel oyó hablar de la posibilidad de obtener un crédito para su explotación de café, fue a su amiga Marina, que le explicó que un «pequeño banco» llamado FUNDENUSE acababa de abrir unas oficinas en la ciudad de Yali, al noroeste del país, muy cerca de la aldea donde vivía Isabel. A pesar de sus muchas dudas y sin consultar con su marido, Isabel acudió a FUNDENUSE para informarse de los servicios que prestaban a los pequeños productores. Aún no sabía que esa visita iba a cambiar el rumbo de su vida.

Isabel se preguntaba cómo podrían ayudarla los servicios que le ofrecía FUNDENUSE, pero no vislumbraba con claridad su alcance real. Entonces llegó el día de tomar una decisión y su marido decidió partir hacia Costa Rica con su macuto a la espalda, dejando a Isabel a cargo de la granja y de los niños, prometiéndole que le enviaría dinero lo antes posible.

Isabel volvió al «pequeño banco». FUNDENUSE le ofreció un microcrédito para mejorar su plantación de café comprando semillas de más calidad. Tras recibir el primer desembolso, Isabel participó en un taller de educación financiera que le hizo comprender mejor el uso adecuado del crédito, la importancia del ahorro y el modo de anotar los gastos e ingresos de su plantación.

Gracias a las visitas de los agentes de crédito de FUNDENUSE y a los cursillos técnicos, Isabel comenzó a considerar nuevas perspectivas para su explotación. Comprendió que, mediante los servicios de crédito y ahorrando, las pequeñas empresas se podían optimizar, mejorar su producción de café y reservar tesorería para afrontar desastres. También descubrió el «crédito productivo medioambiental», gracias al cual podía contar con asesoramiento acerca de dónde situar las plantas de judías respecto al paso del agua, utilizar semillas de calidad, o plantar árboles para proteger el suelo de la erosión, de manera que produzca más y durante más tiempo.

Algún tiempo después, FUNDENUSE lanzó un nuevo producto para que los pequeños agricultores pudieran utilizar maquinaria agrícola como sembradoras, tractores, material de riego, etc. sin tener que presentar un aval. Este producto, denominado «microleasing» despertó el interés de los productores más innovadores de la región.

Isabel descubrió también un modo de protegerse contra los imprevistos y asegurarse de que sus hijos podrían estar a salvo si a ella le ocurriera alguna cosa: el microseguro. Los microseguros de FUNDENUSE eran económicos y los había de dos clases: una para cubrir los accidentes de trabajo, y la otra, que a Isabel le parecía más importante, un microseguro de vida, que proporcionaría a sus hijos un apoyo económico si ella falleciera. Isabel contrató también un Plan de jubilación, con el que podría disponer de ingresos al final de su vida laboral.

Mientras Isabel estaba planificando su producción y sus ingresos, aumentados gracias a los productos de FUNDENUSE, se enteró de que su marido no iba a regresar. Había encontrado a otra mujer en Costa Rica y abandonaba a su familia de Nicaragua, una historia que les toca vivir a muchas mujeres de emigrantes.

Pero Isabel no se desanimó. Su futuro inmediato estaba repleto de proyectos y confiaba en su capacidad para mejorar su vida y la de sus hijos. No quería perder el tiempo con desengaños románticos, y decidió seguir adelante. Soñaba con aumentar su cosecha de judías, comprar una secadora solar o construir una pequeña represa para poder cultivar verduras de regadío en verano.

Gracias a su duro trabajo, los asesores de crédito de FUNDENUSE calificaron a Isabel como cliente AAA, lo que significaba que Isabel era: Apta para producir, Atenta en lo referente a la gestión de riesgos y Aplicada en el pago de sus mensualidades. Con esta reputación y la autoestima reforzada, Isabel se ha convertido en una mujer enérgica y llena de vitalidad. Además, ha empezado a implicarse en las causas sociales de su comunidad, convirtiéndose en un auténtico modelo para sus conciudadanos.

Un día, Isabel estaba tan concentrada en su quehacer y sus pensamientos, que no se percató del vehículo que pasó a su lado, y luego dio media vuelta y se detuvo junto a ella, para ofrecerse a llevarla hasta su destino. Isabel observó que la mayoría de los pasajeros eran extranjeros. Se sorprendió mucho al saber que, de hecho, venían a visitar su plantación de café, y que estaban muy interesados en la forma en que había utilizado los servicios financieros de FUNDENUSE para salir de la pobreza. ¡Isabel nunca había imaginado que se convertiría en un ejemplo de éxito para las demás mujeres de su región y de todo el mundo!

Artículo escrito por Iván Gutiérrez Aguirre, REDCAMIF


 
 
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Engracia, repostera en Cabo Verde demuestra su experiencia como microempresaria

“Me llamo Engracia y vivo en Tira Chapeu, uno de los municipios de Praia, la capital de Cabo Verde”.

Vivo con mi esposo José y nuestros cinco hijos. Hemos creado una pequeña repostería en la primera planta de nuestra casa, donde elaboramos “bolachas”, unas galletas típicas de nuestra región.

Comienzos difíciles

Al principio no teníamos más que un horno y ningún empleado. José se cansaba mucho porque se encargaba de toda la fabricación de las galletas y de la venta en la ciudad. Debía desplazarse en autobús y a pie. No contábamos con muchos ingresos y había que esperar a vender todas las galletas para poder comprar los ingredientes para una nueva producción. Gestionar todo eso resultaba muy difícil.

Un día, un amigo de José nos explicó que había conseguido ampliar su pequeña fábrica gracias a un microcrédito, así que decidimos probar. Un agente de la institución microfinanciera Solmi vino a ver nuestra repostería y conseguimos un primer microcrédito. Con ese dinero compramos un segundo horno y harina, y pudimos producir más galletas.

Microcréditos para crecer

Desde entonces hemos obtenido varios microcréditos que nos han permitido ampliar nuestro espacio de trabajo, reemplazar el material viejo e incluso comprar una furgoneta para la entrega de las galletas en la ciudad. Nuestro negocio ha crecido tanto que hemos contratado algunos aprendices. Ahora, ocho jóvenes trabajan con nosotros. Al principio, gastábamos un saco de 200 kg de harina cada semana. Actualmente, ¡un saco al día! Como compramos más ingredientes por vez, pagamos un precio inferior. Nuestro proveedor nos hace un descuento si compramos 10 sacos de harina por vez.

Los microcréditos realmente han mejorado nuestra vida. Hemos podido enviar a los niños a la escuela y José está menos agotado gracias a la furgoneta y a los empleados que trabajan con nosotros. José también asistió a una capacitación de gestión de pequeñas empresas en la institución microfinanciera. Ahora sabe muy bien cómo gestionar nuestra repostería. Nos sentimos más fuertes y libres.

En los próximos años nos gustaría mejorar nuestras galletas comprando ingredientes de calidad superior. También quisiéramos ampliar un poco más nuestra repostería y modernizar el material, porque seguimos utilizando hornos a leña. Nos gustaría también vender lo que producimos más lejos, fuera de la capital y, ¿por qué no?, más allá de la isla de Santiago.


 
 
Isabel

Isabel Trujillo, hostelera en Coporaque en Perú

"Me llamo Isabel y vivo en Coporaque, un pequeño pueblo a 3.575 metros de altitud en el Cañón del Colca.

En 2009, preparé dos habitaciones en mi casa como pequeño hostal al que he llamado “Casa del Inka”. Alquilo las habitaciones a los turistas que están de paso en la región. Vivo con mi marido y mis tres hijos de 16, 13 y 11 años.

Cuando las habitaciones no están alquiladas, salgo por la mañana con mi marido para trabajar en nuestros campos de maíz, de habas y de guisantes. También contamos con un pequeño rebaño de vacas y ovejas.

Si hay turistas en el hostal, me quedo con ellos para preparar la comida y enseñarles el pueblo. En ocasiones les enseño cómo preparar platos típicos de la región. Intento que su estancia resulte agradable.

Aquí las noches son frías y los turistas agradecen una ducha caliente. Antes contaba tan solo con un calentador de agua eléctrico que se averiaba a menudo y consumía mucha electricidad. Me sentía mal cuando los turistas no tenían agua caliente para lavarse.

Un día oí en la radio que la institución microfinanciera Fondesurco otorgaba microcréditos para la compra de un calentador solar. A mi marido y a mí nos encantó la idea y nos fuimos a informar a la institución. Decidimos solicitar el microcrédito y  así pudimos adquirir un calentador solar. Lo reembolsamos en un año a través de mensualidades. No resultaban muy elevadas y no hemos tenido ningún problema de pago.

Ahora estoy segura de tener agua caliente para los turistas todo el tiempo y no me tengo que preocupar por el sistema eléctrico. Este nuevo servicio me ha permitido aumentar el precio de las habitaciones. También utilizo el agua caliente para las necesidades de casa. Cuando mi marido regresa del campo, está contento de poder tomar un baño caliente. También lavo la ropa con agua caliente, que es mucho más eficaz.

Mi factura de electricidad es menos elevada desde que tengo el calentador solar. Además, se trata de un sistema que no destruye el medio ambiente y que no contamina. Es importante conservar la naturaleza y la salud de nuestros hijos. A los turistas también les gusta que sea un sistema ecológico. Algunos acuden a mi hostal únicamente por esa razón. Los ingresos generados por el alquiler de las habitaciones me permiten financiar la educación de mis hijos. Incluso estoy pensando en enviar a la mayor a la universidad.

Al principio, no utilizaba el agua caliente porque no tenía costumbre. El agua del calentador desbordaba y eso me preocupaba. Llamé a la institución y me enviaron a un técnico. Me explicó que no era grave que desbordara el agua del calentador, pero que no debía tener reparo en utilizar el agua caliente. Así que empecé a utilizarla para casa y ¡ahora no sé qué haría sin ella!

En el futuro, me gustaría comprar un horno de bajo consumo para mi cocina. Existe un microcrédito para la adquisición de este tipo de horno. Me gustaría también contar con lámparas solares para la noche. A los turistas les gusta tener luz cuando es de noche. Me gustaría también ampliar el hostal y contar con algunas habitaciones más. Los microcréditos me permiten mejorar mi hostal poco a poco y, al mismo tiempo, conservar la naturaleza y nuestra salud. Estoy muy contenta de haber encontrado los microcréditos y la energía solar y ver cómo toda mi familia sale beneficiada."


 
 
 
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