[Entrevista] «Las instituciones microfinancieras son actores clave para reforzar la resiliencia de los pequeños productores»

24 Septiembre 2025 Entrevistas
Une femme africaine dans un champs

Entrevista con Paul Delaunois, responsable del programa «Agricultura resiliente al cambio climático» de ADA.

¿Qué papel específico pueden desempeñar las instituciones microfinancieras en apoyo a los pequeños productores de Benín frente a los efectos del cambio climático?

En Benín, las pequeñas plantaciones familiares representan entre el 90 % y el 95 % de los productores y cultivan entre el 70 % y el 80 % de la superficie agrícola. Generan la mayor parte de la producción alimentaria y, por lo tanto, resultan esenciales para la seguridad alimentaria del país. Sin embargo, siguen siendo muy vulnerables ante las inclemencias climáticas, que degradan los ecosistemas, reducen los rendimientos y debilitan los ingresos.

Las instituciones microfinancieras (IMF) son actores clave para reforzar su resiliencia. Al ofrecer productos financieros adaptados, hacen posible que los agricultores cubran sus costos de producción e inviertan en la adaptación. Esto se logra a través de créditos estacionales adecuados a los cultivos y al contexto, seguros contra riesgos climáticos o incluso apoyo a la adopción de prácticas sostenibles. Las IMF también desempeñan un papel importante en cuanto a educación financiera y difusión de información sobre riesgos climáticos, lo que contribuye a estabilizar los ingresos de los productores y a apoyar su transición.

¿El proyecto ya permite vislumbrar pistas interesantes, prácticas o innovaciones por parte de las instituciones microfinancieras asociadas?

Brindamos apoyo a cinco IMF cuyas carteras están dedicadas esencialmente a la agricultura. La multiplicación de los fenómenos climáticos adversos —sequías, lluvias irregulares, inundaciones u olas de calor—, hace que los pequeños agricultores tengan dificultades para reembolsar sus créditos, lo que aumenta los riesgos para las IMF.

Nuestra misión es ayudar a nuestros socios a reforzar la resiliencia económica de las pequeñas plantaciones familiares, brindándoles apoyo en la transformación sostenible de sus sistemas de producción. El objetivo es claro: mejorar la rentabilidad de los pequeños productores para que puedan hacer frente mejor a las crisis climáticas, ambientales y económicas.

En este sentido, facilitamos el acceso a productos financieros adaptados, desarrollamos soluciones de gestión de riesgos (mecanismos de garantía, sistemas de alerta temprana, limitar las pérdidas post cosecha), reforzamos las capacidades de los agricultores mediante capacitación o apoyo, y mejoramos el acceso a mercados más rentables.

En Benín, varios de nuestros socios ya están aplicando estas soluciones con resultados convincentes.

«Reforzar la innovación financiera, la protección contra los riesgos y el apoyo técnico es esencial para una agricultura beninesa más resiliente e inclusiva.»

En su opinión, ¿cuáles son los principales retos para adaptar los productos financieros a las necesidades específicas de una agricultura resiliente al cambio climático?

Las IMF beninesas deben superar varios obstáculos.

En primer lugar, la falta de una cobertura eficiente de los riesgos climáticos sigue siendo un problema importante. Frecuentemente, los créditos agrícolas que se ofrecen no tienen en cuenta imprevistos como la sequía, las inundaciones o las fluctuaciones de precios. Además, el acceso a seguros agrícolas asequibles e innovadores que cubran, por ejemplo, las pérdidas de rendimiento relacionadas con el clima o que proporcionen información meteorológica confiable, sigue siendo muy limitado en Benín.

Por otra parte, la flexibilidad de los productos financieros y del marco institucional de las IMF, representa un verdadero reto. Las ofertas de crédito no se adaptan lo suficiente a las realidades cambiantes de las pequeñas plantaciones familiares, sobre todo porque la mayor parte del financiamiento sigue siendo a corto plazo. Esto frena las inversiones en infraestructuras o tecnologías sostenibles, que son esenciales para la adaptación.

Por otra parte, la falta de recursos para ofrecer servicios de asesoramiento y apoyo frena el impacto del financiamiento. En ausencia de un apoyo técnico que permita adoptar prácticas agrícolas resilientes (nuevas variedades, técnicas de producción agroecológicas, almacenamiento, transformación), el acceso al crédito por sí solo rara vez cambia las prácticas sobre el terreno.

Por último, el acceso a productos financieros adecuados sigue siendo difícil para las poblaciones vulnerables —mujeres, jóvenes y pequeños productores— que a menudo carecen de garantías, información o soluciones pensadas para su situación.

Ante estos retos, reforzar la innovación financiera, la protección contra los riesgos y el apoyo técnico es esencial para una agricultura beninesa más resiliente e inclusiva.

¿Cómo prevé ADA colaborar con las IMF asociadas y las autoridades beninesas para que los esfuerzos de transición hacia una agricultura más resiliente tengan continuidad?

ADA colabora con cinco IMF para desarrollar enfoques globales que tengan como objetivo transformar la agricultura familiar, promover cambios sostenibles en las prácticas de producción y reforzar la factibilidad económica de las pequeñas granjas mejorando su rentabilidad.

Para que sus actividades tengan continuidad, ADA también colabora con instituciones estatales y estructuras nacionales, como por ejemplo el Fondo Nacional de Desarrollo Agrícola de Benín, lo que permite alinear las actividades con las prioridades nacionales, compartir resultados y garantizar un marco institucional favorable a la replicación y la expansión. Las autoridades participan principalmente en la validación de los modelos agrícolas que se promueven, y en la concertación de los dispositivos de apoyo para los pequeños productores, lo que facilita la difusión de estas innovaciones a mayor escala. 

Con el tiempo, este enfoque debería permitir llegar a varios miles de productores y, con el apoyo de los socios locales, crear una dinámica autosuficiente de resiliencia agrícola en Benín.

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