El debate sobre cultivos comerciales y alimentarios refleja un reto crucial para la agricultura: encontrar un balance entre crecimiento económico, seguridad alimentaria y sostenibilidad ambiental.
Un proyecto del inversionista de impacto Incofin, cofinanciado por el SSNUP, sustituyó el engorroso control manual de calidad del arroz, el maíz y los garbanzos por una aplicación móvil de inteligencia artificial, lo que redujo drásticamente el tiempo de evaluación de tres días a tres segundos.